Potaje de garbanzos de mi madre

Esta receta más tradicional no puede ser, pero es de esas comidas que siempre me ha gustado muchísimo y por eso tengo pensado ir colgando recetas de siempre, para que no se olviden, que parece que hoy en día nos resulta algo complicado a los jóvenes meternos en estos berenjenales, cuando en realidad son muy fáciles de hacer.
En su elaboración ha tenido mucho que ver mi madre (he seguido sus indicaciones) porque nadie como ella podía enseñarme estas cosas de toda la vida.
 
Ella ha ido incluyendo variaciones, pues ahora lo hace con garbanzos de bote ya hervidos, con lo que te ahorras el remojo y se cuecen mucho antes, y además le ponemos almendras frititas para darle ese toque crujiente que tanto me gusta.

Una buena cazuela, como siempre y un mortero con su maza.

Tiempo: unos 25 minutos

Cantidad: para 3 personas

 

• Un bote de garbanzos hervidos
• 1 patata mediana cortada a trozos
• 1 tomate maduro pelado
• Medio nabo, cortado a trozos
• 2 hojas de acelgas
• 2 rebanadas de pan duro
• Unas 20 almendras marcona crudas
• Una cucharadita de pimentón de la Vera
• Agua (suficiente para llenar medio bote de los garbanzos)
• 1 diente de ajo sin pelar
• 50 ml de aceite de oliva (o que cubra el fondo de la olla)

1. Fríe las dos rebanadas de pan en el aceite junto con las almendras y reserva
2. En el aceite que haya quedado, fríe el nabo junto con el ajo y reserva
3. Cuando se haya enfriado, machaca el pan frito, las almendras y el tomate pelado
4. Fríe la mezcla resultante con una vuelta rápida en la olla
5. Añade la cucharadita de pimentón y rápidamente vacia el bote de garbanzos en la olla, con su caldo
6. Pon agua en el bote (la mitad es suficiente) o hasta que cubra los garbanzos
7. Lleva a ebullición durante 10 minutos
8. Justo antes de sentarte a comer, pon las dos hojas de acelgas y la patata, y deja hervir hasta que esté blandita, y ¡¡a disfrutarlo!!

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